Barba Azul


depredador barba azul
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Lo leí hace unas semanas en “Mujeres corriendo con los lobos” y no quise interpretarlo ni aplicarme el cuento. Hoy sé que la mujer salvaje que duerme en mi, está despertando aleccionada con las enseñanzas del cuento de Barba Azul. Para los que no conozcan este maravilloso libro tengo que aclarar que la autora, Clarisa Pinkola Estés, parte de cuentos populares  para ayudar a sus lectoras a detectar en sí mismas a la Mujer Salvaje, a encontrarse con su propia naturaleza. Analiza esos cuentos en el que cada personaje del relato es una parte de una misma psiquis, partiendo de la base de que en la mente y el alma de una misma persona, en este caso una mujer, se libran constantemente luchas tormentosas entre fuerzas opuestas.

He vivido literalmente el cuento de Barba Azul. No me avergüenza reconocer mi tremenda ingenuidad al elegir a como pareja a un Engendreitor que resulta ser absolutamente destructivo pero creía que podría «curarlo» con amor. De alguna manera estaba «jugando a la casita» y queriendo pensar que «en realidad su barba no es tan azul.»

“Destruimos al depredador conservando nuestras intuiciones y nuestros instintos y oponiendo resistencia a sus seducciones. Sí hiciéramos una lista de todas las pérdidas que hemos sufrido hasta este momento de nuestras vidas, recordando las veces en que sufrimos decepciones y fuimos impotentes contra el sufrimiento o tuvimos una fantasía llena de adornos y de azúcar glas, comprenderíamos que ésos son los puntos vulnerables de nuestra psique. En estas partes deficientes y desvalidas se centra el depredador para ocultar su propósito de arrastrar a la mujer al sótano, extraerle la energía y hacerse con ella una tonificante transfusión de sangre”.

Engendreitor es un Barba Azul, un depredador. Yo oía a mi instinto pero me tapaba los oídos, no podía huir: el depredador me drenaba la energía, estaba paralizada.

Dice Clarisa Pinkola que las mujeres en busca de su parte «salvaje» alguna vez se encuentran en un claro del bosque una calavera que contiene dentro una vela, cuya luz ilumina hasta los rincones más recónditos de la psique. Ya estoy recuperando mi energía. Sospecho que estoy a punto de encontrar la calavera.

«Sí no sales al Bosque, jamás ocurrirá nada
y tu vida jamás empezará.»

Jota ha desaparecido de la faz de la tierra. Yo en estos momentos estoy viviendo un episodio bipolar: no sé si echarme a llorar o celebrarlo dando un paseo por el Bosque.


11 respuestas a “Barba Azul”

  1. al bosque!!! ya has llorado bastante, se acabó!! como la canción 🙂
    yo me uno y me suelto también la melena!!!

  2. Al bosque ahora mismo. Si quieres nos vamos contigo y hacemos una fiesta de mujeres salvajes!!!

  3. Pues si quieres, llora las últimas lágrimas por él primero, para q después puedas dar ese paseo tranquila! 🙂 ah! y en breve, con la mejor de las compañías….

  4. Sin duda, celébralo…quién tendría que echarse a llorar por lo que ha perdido es él (tantas vivencias junto a ti…y Malena). Vacía la cabeza de pensamientos tóxicos (ergo, depredadores) y céntrate en Malena, ¡qué poquito falta!

    • exacto. fuera toxinas. Busco la purificación.

      De vez en cuando no puedo evitar olvidarlo. Gracia spor recordárelo.

      Un beso!