estoy embarazada II

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Aunque no tengo paciencia para los dramas, tengo que reconocer que sigo en estado de shock. Sólo puedo decir que tengo el ánimo por los suelos. Lógicamente, es jodido digerir un embarazo no deseado aunque tengo que reconocer que sufro momentos de desvarío bipolar en los que siento la imperiosa necesidad de reirme de mi misma como método catártico.

Sólo me atrevo a calificar mi estado de folletinesco: es como si no me estuviera pasando a mi. Creo que necesito tiempo. Lo único que puedo afirmar en estos momentos es que el aborto es una opción no contemplada.

Impasible, intento interiorizar mi embarazo imaginándome en el ginecólogo haciéndome una ecografía, buscando rimbombantes y sonoros nombres de bebés o sufriendo semana a semana los síntomas de embarazo. Nada, no hay manera. De verdad de la buena que lo intento, hago tremendos esfuerzos pero no puedo creer que esté embarazada. He memorizado sin quererlo todos los síntomas de embarazo. Normal, llevo dos semanas absolutamente cerril (la de antes de la prueba de embarazo y esta de después) buscando información en internet y haciendo recuento de los primeros síntomas:

– Amenorrea o atraso menstrual: sí
– Aumento de tamaño mamario: sí
– Cansancio y sueño: sí
– Pequeño sangrado vaginal: no
– Salivación excesiva (ptialismo): no
– Sangrado de encías: sí
– Náuseas y vómitos: no
– Dolor de cabeza: no
– Mayor percepción de olores: sí
– Apetencia o repulsión de ciertos alimentos: sí
– Disminución de la tensión arterial: puede ser
– Mareos y desmayos: no
– Aumento de la frecuencia miccional: sí
– Aumento del flujo vaginal: sí
– Aumento de la temperatura corporal: sí
– Aumento de tamaño del abdomen: no
– Dolores pelvianos: sí
– Estreñimiento y flatulencia: sí

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Según mis cuentas, el momento de la concepción o día D (D de desliz, no de día) fue el sábado sabadete 25 de septiembre así que de eso hace exactamente 22 días.

Me siento hinchada, como si me fuera a venir la regla de un momento a otro y con la tripa llena de algo escatológicamente indeterminado. Soy una Carmen nueva, transformada en un ser primario: una fuerza misteriosa limita mi vida y me mantiene aturdida y apática mientras me obliga únicamente a comer y dormir.

Todavía no he podido llorar