y los muchachos del barrio le llamaban loca…

la llamaban loca

No soporto a la gente que se come la “i” de veinte. Coño ¿tanto cuesta pronunciar una i latina?. Puede ser problema de logopeda porque es un claro trastorno del lenguaje pero hoy mis hormonas me han obligado a dar por supuesto que se trata, simplemente de pereza mental. Y el tema de las negligencias mentales me indigna. Tanto que esta mañana casi tienen que llamar a Seguridad en mi Centro de Especialidades. Toda la planta ha sido testigo de mi transformación en psicópata cuando me estaban dando cita en Admisión para recoger los resultados del Triple Screening.

– La de ventanilla dice: Tiene cita el jueves 16 de diciembre a las 9 y vente

– Yo: Mmmm….y voy ¿dónde?

– La de ventanilla: ¿cómo?

– Yo: Perdone, es que no le he entendido bien ¿dónde tengo que ir?

– La de ventanilla: pues al número de sala que se le indica en la orden, a las 9 y vente

– Yo: Perdón, no le entiendo. Quiere decir que vengo aquí y usted me lo indica?

– La de ventanilla (seca): Señorita por favor, le estoy diciendo que en la orden le especifica el número de sala,  a ver… dios mío cuánto nos cuesta entendernos… mire, sí, sala 209 a las 9 y vente. ¿Ha sido capaz de entenderlo ya?

A esas alturas ya había logrado comprender que estaba delante de una de esas personas con precariedad mental que por alguna extraña razón dicen “vente “ en vez de “veinte”. Y encima borde. Me empezó a subir un calor delatador, la adrenalina latía en mi sien. Estaba en plena metamorfosis, era el Increible Hulk.

– Yo (contenida): perdone, es que creo que la no es capaz de entenderlo es usted. No, por lo visto no es capaz de entender que esta confusión se ha originado porque sustituye las palabras. Está pronunciando mal la palabra “veinte”, la transforma en imperativo del verbo venir ¿me puede explicar porqué se come la “i” y encima….?

La funcionaria hizo como si yo no existiera y pulsó el timbre del turno para dar paso al siguiente paciente.

– La de ventanilla (impertinente): Perdone, señora, tengo mucho trabajo. Si no le importa me da clases otro día.

Casi se me revienta la vena. ¡Señora! ¿señora yo??? La ira empezó a interferir en el orden de mi proceso lógico de pensamientos hasta tal punto que en ese momento me juré a mi misma vivir para erradicar sin piedad el mal trato a los pacientes de la Seguridad Social y hacer de ello un acto heróico. Sí. A partir ese momento, esa sería mi única misión en la vida. Estaba dispuesta incluso a suplantar las mañas del Tío la Vara, a vampirizar su leyenda. Mi enajenación alcanzó unas cotas tan altas que en cuestión de segundos tuve una visión: fundaría un club para hermanarme bajo juramento secreto de sangre con todas las víctimas de la  sanidad pública. Nos reuniríamos de madrugada en antros clandestinos con el único fin de jurar venganza. Fumaríamos y beberíamos whisky, sin hielo y con avaricia,  hasta el amanecer para mantener viva la llama de la causa.

-Yo (elevando la voz): me parece que se está usted equivocando conmigo: lo primero, no haga el ridículo y hable con un poquito de educación, que todavía es mi turno, porque no he terminado y lo segundo, si está desorientada, no terminó la EGB o no se ha tomado la pastilla, perdone, hágaselo mirar o pida a sus superiores que le pongan un traductor porque NO-CON-SI-GO-EN-TEN-DER-LA.

Total que otra vez a puntito de protagonizar la segunda parte de “Un día de furia”, en esta ocasión por culpa de una i latina que se quedó en la boca reseca de otra funcionaria con estulticia y pérdidas de orina. Mi salud mental está empeorando, soy plenamente consciente de ello y quiero pensar otra vez que las hormonas son las causantes.

Y lo peor de todo es que me he dejado olvidada la orden en la ventanilla y sinceramente, no me atrevo a volver: en mi cabeza suena insistentemente la veterana canción de Mocedades que encabeza esta entrada…


14 respuestas a “y los muchachos del barrio le llamaban loca…”

  1. Carmen… sinceramente te lo digo… creo que deberías escribir un libro… tendrías miles de fans en cuestión de horas…

    A mí ya me explotó la vena de la SS y me pasé al privado. Me duele el bolsillo, pero mis venas ahora descansan tranquilas y deshinchadas…

    • Gracias Laurita, 10 puntos para mi ego!!

      Yo no pienso gastarme un duro en medicina privada. Ni me lo puedo permitir en estos momentos (estoy con un pie en la calle) ni me da la gana. A partir de ahora voy a tomármelo como una terapia: el día que me levante con el pie izquierdo, me iré a dar una vueltecita al centro de especialidades para desahogarme. Sin medida, son control, sin cortarme ni un pelo, como las locas, vomitando la primera barbaridad que se me pase por la cabeza. Sí, eso es lo que pienso hacer a partir de ahora además de beber whisky sin hielo y fumar como una perra (bueno, ahora no después de dar a luz) en mi recién fundado club.

      un besazo

      • Te recomiendo el método de mi novio, reclamación, para todo, en un hospital atención al paciente, en otros sitios, quiero hablar con el encargado y tráeme el libro de reclamaciones, no falla.

        Ahora si soy la del foro

        • Hola Mariana 1! Se te echaba de menos

          Si te unes al club ya sabes que eres la socia número 4 y que te corresponde traer cualquier otra sustancia adictiva que no sea ni whisky ni tabaco, que de eso ya se encargan Mariana 2 y Stella. Si lo crees conveniente, puedes traer a tu novio y de paso nos hace las reclamaciones pertinentes. Y si no quiere venir, no importa, dile que voy a adoptar su método: estoy convencida de que la reclamación es la única via posible para evitar futuros abusos.

          bss gor2

  2. Jaaaaaaaaaaaaaa, me meo contigo, de verdad.

    La próxima vez que vayas al médico o al mostrador para pedir cita hazme un gran favor : llevate una videocámara y grávalo todo. De verdad que te enfrentas a unas situaciones de lo más absurdas y surrealistas.

    A mi también me saca de quicio la gente que no vocaliza y que se come letras al hablar. Es algo instintivo, se me ponen los pelos de punta y se me pone cara de «eh??!!».

    Yo trato de ser paciente con esos seres que son los funcionarios del calendario que nos ponen las citas médicas, pero algún moco también les he tenido que soltar.

    Así que me uno al club.

    Un beso preciosa.

    • Stella, te juro que yo también lo he pensado alguna vez. Debería grabarlo porque son situaciones tan rematadamente absurdas que resulta increíble que puedan vivirse.

      Cuento contigo entonces para el club. Tu traes el tabaco y eres la número 3.

      Me encanta lo de «soltar mocos». Un besazo!

      • Ok, el tabaco se lo quitaré a mi chico, a ver si deja el mal vicio ya, que aunque no fuma dentro de casa, me jode cantidad cómo le huelen las manos y la ropa.
        JAAAAAAAAAAAAAa

  3. No te enteras mujer, la i ya no la pronuncia en represalia por la bajada de sueldo y la precariedad laboral a la q esta sometida, jaja!

    P.d- Ponme en la lista de ese club clandestino 😉

    (no se te han reproducido las Marianas, soy la segunda, el dos es para diferenciarme)

    Besitos

    • Hola otra vez Mariana 2

      Eres la socia número 2 de mi club clandestino de afectados por la insensibilidad y mala educación de la sanidad pública. ¿El whisky lo pones tú? tengo que decirte que la primera reunión va a tener que ser bastante después a mi fecha de parto por razones evidentes…

      besitos

  4. Jajajaja, perdona que me ria, pero eso de fumar y beber whisky sin hielo, es buenísimo.
    No merece la pena encararse con funcionarios sin tacto y sin humanidad, asqueados de su puñetero trabajo fijo y sus desayunos de hora y media. Luego se quejan de que les hayan rebajado el sueldo un 5%, yo mas que eso haria algún tipo de examén para verificar a cuales de todos los funcionarios le bajaba del 10% para abajo por su poca amabilidad y condescendencia a los que les pagan sus salarios, y a que pocos, les mantendria el sueldo integro, por ser verdaderos profesionales.

    Espero que en este periplo te vayas encontrando con gente más agradable, ya sabes que la cita la tienes tal dia a las 9:20 en la consulta tal, si te piden el volante le dices que se te olvido y punto.

    Ánimo. 🙂

    • Completamente de acuerdo en todo. Ya sé que no merece la pena encararse, pero es más fuerte que yo, estoy como poseída. Es el síndrome de la conjura de los necios. espero que dejen de perseguirme…

      Lo de fumar y beber whisky sin hielo me lo ha dictado mi subconsciente… mmmmm mataría por un cigarrito con copita incluída…

      un besazo